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Concepto pedagógico que hace referencia a todo el conjunto de operaciones docentes que se desarrollan en torno a un centro de interés o plan de trabajo unitario o unificado.
El concepto de "lección" o de "clase" se sustituye actualmente en muchas corrientes y estilos docentes por el de unidad didáctica o pedagógica.
La idea de unidad didáctica presupone variedad de contenidos, debidamente trabados y armonizados según unos objetivos precisos, a lo largo de una serie de sesiones de trabajo.
Implica que en su contexto se admiten explicaciones, investigaciones de aula, trabajos de grupo, tiempos de reflexión y estudio, selección de instrumentos y recursos, puesta en juego de estímulos adecuados y previsión de formas o instrumentos de evaluación de los progresos conceptuales (información) y procedimentales (habilidades y capacidades).
Los itinerarios que se siguen en cada unidad didáctica son diversos y siempre en consonancia con las materias y las disposiciones y circunstancias de los alumnos. Todas las materias se prestan a organizarse en forma de unidades de acción didáctica, dependiendo su estructura de los estilos y de las metodologías de cada profesor.
En la docencia religiosa, las unidades didácticas deben tener en cuenta la naturaleza de cada campo o materia: desde la historia cristiana hasta el exposición doctrinal de lo que la Iglesia transmite, desde los contactos con la Biblia hasta los conocimientos de la Liturgia.
El catequista o el profesor de religión, en cuanto docentes o mediadores de la verdad religiosa que los alumnos deben conocer, asimilar, vivificar y convertir en vida práctica puede y debe ordenar sus acciones de forma inteligente y hábil para que la tarea educadora resulte eficaz.
A los aspectos cognoscitivos del mensaje cristiano hay que saber añadir la dimensión experiencial y la dinámica vivencial, siempre atendiendo a la naturaleza de los temas que se exponen y a la disposición de los catequizandos o de los alumnos a los que se ayuda.
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